EVOLUCION

Así es como ha ido cambiando y evolucionando la moda a través de la historia.


A CADA DÉCADA SU TENDENCIA. ASÍ SE RESUME UN SIGLO DE MODA
Cien años. Este aparentemente corto periodo de tiempo se vuelve muy (pero que muy) largo si hablamos en términos de moda. Los cambios sociales han dejado su impronta en los estilismos, prendas como el bikini han desatado auténticas revoluciones y, pese a la constante recuperación de tendencias pasadas por parte de los diseñadores, es inevitable exclamar eso de ¡cómo hemos cambiado!. Por cortesía de WhoWhatWear nos adentramos en el siglo XX, recorriendo década a década las tendencias más influyentes.

1900s:El corsé

Durante siglo XIX, el cuerpo de la mujer se mostró oprimido por el corsé, queriendo emular la denominada silueta “reloj de arena”: constreñida en la cintura para potenciar los volúmenes superiores e inferiores. La lucha feminista por acabar con esta opresiva y poco saludable prenda fue dando frutos. A comienzos del siglo XX se fueron introduciendo prendas más funcionales en los armarios femeninos como faldas largas o blazers.

1910s: La falda “trabada”



Paul Poiret, el hombre que había declarado la guerra al corsé, no para liberar a la mujer –mérito que aún muchos le atribuyen– sino para ganar la fama que obtuvo con la creación de la denominada silueta “La Vage”, diseñó en 1910 la llamada “falda trabada”. Era tan estrecha por abajo que con ella solo se podía andar dando diminutos pasos. “He liberado sus torsos, pero les he atado las piernas”, ironizaba el modista. Afortunadamente esta tirana tendencia se impuso por poco tiempo.

1920s: El estilo Flapper


El culto a la juventud y las ansias de rebeldía motivaron el surgimiento de la reconocible (e inspiradora) estética flapper. Caracterizado por vestidos que marcaban discretamente el pecho y la cintura, aderezados con cuentas de cristal, joyas o plumas, melenas cortas y rodillas descubiertas, este look logró desafiar los ideales de belleza de la época. Otro hito de la década fue la introducción del “little black dress” de Coco Chanel, con él ­–parafraseando a El Diccionario de la Historia de la Moda– “el color negro, anteriormente asociado a sirvientes o viudas, se hacía chic.”

1930s: El corte  al bies


El crack de 1929 tuvo consecuencias en el mundo de la moda. Muchas clientas norteamericanas dejaron de acudir a las casas parisinas, situación que generó en la industria de la moda francesa unos 10.000 desempleados. Ante la Gran Depresión, el cine era la mejor vía de escape. Bette Davis, Jean Harlow o Joan Crawford deslumbraban en la pantalla con sus glamurosos trajes. Los vestidos en seda cortados al bies, técnica popularizada por Madeleine Vionnet, marcaron época.

1940s: El bikini


Una de las consecuencias menos predecibles de la Segunda Guerra Mundial fue la gran popularidad del traje de baño de dos piezas, ideado a causa del racionamiento de tejidos impulsado por el gobierno estadounidense a partir de 1943. En 1946, Jacques Heim diseñó un modelo de tiras que enseñaba el ombligo, al que denominó “bikini” en relación a una bomba nuclear estallada en el atolón de Bikini. Precisamente la prenda  cayó como una auténtica bomba sobre una sociedad aún reacia a ver el cuerpo tan descubierto.

1950s: El “New Look”


Presentado en 1947, el “New Look” de Christian Dior definió la década de los 50. Tras la austeridad y las limitaciones de una época de guerra las mujeres soñaban con derroche de tejidos y faldas con vuelo. La moda de Dior dejaba atrás los oscuros tiempos pasados para devolver al armario femenino el glamour, lujo y belleza que la guerra le había arrebatado. En 1949 Dior cubría el 75% de toda la exportación de moda francesa.

1960s: La minifalda


El nacimiento de esta minúscula prenda viene con polémica, algunos se lo atribuyen al diseñador André Courrèges, y otros a la británica Mary Quant. Lo que está claro es que representó a la perfección a una generación de espíritu reivindicativo y ansias de libertad. “Si no hacía las faldas lo bastante cortas,  las chicas de Chelsea, que tenían unas piernas maravillosas, sacarían las tijeras y las cortarían ellas mismas”, declaraba Quant al New York Times.

1970s: Plataformas


Durante la década de los 70 los vaqueros ensancharon las perneras, los tacones ganaron en grosor y los tejidos sintéticos inundaron las tiendas. Si en Nueva York el estilo disco marcaba las tendencias que posteriormente se pasearían por el legendario Studio 54, en Londres imperaba la estética punk liderada por Vivienne Westwood y Malcolm McLaren.

1980s: Leggings


Si hay una prenda que se mantiene omnipresente no cabe duda que son los leggings. Aunque en los 80 –fruto de una intensa fiebre por el aerobic– se combinaban con calentadores, camisetas sin mangas, e incluso, con una cinta en el pelo. En la esfera laboral, el incremento de mujeres en puestos de responsabilidad trajo consigo nuevos códigos de vestimenta: el traje de falda y chaqueta con hombros anchos se convirtió en símbolo de estatus.

1990s: Minimalismo


Frente a la opulencia de décadas anteriores surgió una corriente que teñida de gris, blanco y negro apostaba por la sobriedad y  los básicos de calidad. Los diseñadores americanos – Marc Jacobs, Donna Karan, Raph Lauren y Calvin Klein–, apoyados por Vogue, se consolidaron con fuerza. A medida que avanzaba la década, la explícita belleza de las top models fue siendo desplazada por modelos de aspecto andrógino y aniñado.

2000s: El chándal


Es recordar ese chándal de terciopelo de Juicy Couture – tan amado por Jennifer López, Paris Hilton y Britney Spears– y ponernos nostálgicos (aunque deseamos que no vuelva). Los It bags, lo de ponerse de acuerdo para ir conjuntadas (influencia directa de “Chicas malas”), las sonadas juergas (con estilismos horteras de por medio) de Nicole Richie y compañía…Para tanto han dado los 2000 que el museo Tonya Harding Nancy Kerrigan les dedica una exposición.

2010s: Athleisure


Aún sin haber concluido la década debemos resaltar una tendencia que, aunque las revistas se empeñen en condenar a muerte, lleva resistiendo temporada tras temporada: el pantalón pitillo. Vayas, donde vayas siempre te topas con alguno (o con unos cuantos). Otro estilo que gana fuerza es el denominado athleisure, lo que viene siendo vestir con ropa deportiva no para ir al gimnasio sino para ser la más cool. “Ahora que hemos experimentado las alegrías de caminar todo el día en zapatillas, camiseta y sudaderas, y encima con estilo, ¿quién quiere renunciar?”, afirman en WhoWhatWear; desde luego suena convincente.

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